Doña Raquel Nava Peralta tiene 83 años, hoy se levantó muy temprano aunque enferma de osteoporosis y ya sin escuchar en un oído decidió redactar una cuartilla donde pedía el perdón para el mexicano Édgar Tamayo.
La abuelita con su bolsa en mano y sin mayor ayuda que su fuerza de voluntad imprimió una hoja a la cual después le sacó copias donde señala que ningún ser humano debe quitarle la vida a un semejante y pedía perdón para Édgar Tamayo.
Con un “diurex” que casi no servía se abrió paso entre los reporteros a quienes calificó de “grandulones” después de rodearlos colocó una hoja en las puertas de palacio de gobierno y dijo: “soy cristiana y Dios hoy me dio fuerzas para levantarme y venir a colocar estos papeles”.
En estos papeles se leía: “Édgar Tamayo quizá mató por defensa propia porque el policía estaba armado y la justicia divina se revela desde el cielo, no matarás dice Dios, la ley de Dios se tiene que respetar porque tenemos que obedecer a Dios, ante que los hombres hay de aquellos que dictan leyes injustas”, expresó la mujer.
Doña Raquel quien trabajó para quien fuera titular de hacienda de México Antonio Ortiz Mena, expresó que decidió hacer esta manifestación de apoyo porque siente amor por todos los mexicanos porque somos el mismo linaje, somos de un solo linaje nacimos de una pareja aunque unos chiquitos, otros grandes, unos blancos otros negros todos somos seres humanos de carne y sangre.