Por primera vez en la historia del Centro de Medidas Privativas de la Libertad para Adolescentes (CEMPLA) se permitió una luna de miel entre un interno que decidió mostrar que estaba casado antes de reclusión.
Las autoridades tuvieron que acondicionar un lugar para lo que será la visita intima del adolescente quien contrajo nupcias con una joven con quien ya tenía años de relación y procrearon un niño.
Esto provocó que otros cinco o seis jóvenes que oscilan entre los 16 años que ya son padres también busquen contraer matrimonio con las madres de sus hijos para obtener el derecho de la visita conyugal aunque se tendrá que analizar jurídicamente el caso por ser menores de edad.
En entrevista la directora del CEMPLA Liliana Fernández explicó que hay la posibilidad de que el joven que está recluido puede solicitar a un juez que acuda a casarlo dentro del CEMPLA obviamente cumpliendo con lo que establece la ley quizá ser mayor de edad o tener la autorización de los padres.