A los 127 años de edad murió Leandra Becerra Lumbreras, considerada la mujer más longeva del país. Ella nació el 31 de agosto de 1887 en Tula, Tamaulipas. Nunca pensó vivir tantos años, pero sobrevivió a sus cinco hijos y a varios nietos.
Su descendencia contabiliza unos doscientos miembros en Tamaulipas y en Jalisco: hijos, nietos, bisnietos, tataranietos y choznos. A ella le tocó vivir la Revolución Mexicana en todo su apogeo, fue Adelita y siempre contaba que le hacía tortillas a Doroteo Arango, mejor conocido como Pancho Villa. También tenía historias de cuando trabajaba en las haciendas en Real de Catorce y de cuando conoció a Porfirio Díaz.
Sus familiares velan el cuerpo de doña Leandra en su casa, ubicada en la colonia Miramar, en el municipio de Zapopan.
Esperan que lleguen familiares que residen fuera de Jalisco. Los restos de doña Leandra serán cremados mañana. Anoche, sus familiares recordaban que su delirio en vida era comer galletas y chocolates. Incluso, doña Leandra siempre bromeaba diciendo que el secreto de su larga vida era comer “nopales, grandes cantidades de chocolate, no haberse casado nunca y dormir mucho”. Esta mujer enseñó a hijos y nietos el valor de la hospitalidad.
Nunca estuvo en récords Guinness
Doña Leandra Becerra no pudo ser inscrita en el libro de récords Guinness como la mujer más longeva de México y Latinoamérica, debido a que se extravió su acta de nacimiento original para comprobar su edad.
El gobierno de Jalisco y las autoridades de Zapopan le dieron una acta de nacimiento extemporánea, en donde se corrobora su nacimiento: el 31 de agosto de 1887.
Esto después de que sus familiares acudieron a Tamaulipas en busca de alguna constancia, buscaron en distintas instituciones de gobierno y religiosas, pero “nos dijeron que se había quemado todo en la Revolución. Ya no había nada de 1880, ya no había nada. Nos dieron un oficio de no existencia del acta, checaron todo, algunos jueces investigaron, dictaminaron la edad, le hicieron exámenes, y ya nos dieron el acta (hace tres años). Pero yo me acuerdo cuando estaba chico, ya tengo más de 55 años y me acuerdo de ella en el rancho. Muchos no creen que tenga tantos años porque tiene canas, pero también cabello negro”, externó su nieto Samuel Alvear.
Con información de Excélsior