En el marco conmemorativo del Día Mundial del Parkinson, este 11 de abril, los Servicios de Salud Morelos (SSM) recomiendan a la población que ante cualquier síntoma acuda a su unidad de salud más cercana, donde recibirá la información y seguimiento correspondiente.
Esta enfermedad se presenta con frecuencia después de los 50 años, pero se puede manifestar en personas más jóvenes, usualmente por causa de transmisión hereditaria, tanto en hombres como en mujeres.
Por su incidencia el Parkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa (detrás del Alzheimer) más común del mundo, al estar muy relacionada con el envejecimiento debido a que es más frecuente en personas mayores de 60 años.
El Parkinson es un trastorno cerebral que conduce a la persona a la incapacidad progresiva debido a la destrucción y al deterioro de las neuronas. La dopamina es un químico cerebral que ayuda a controlar el movimiento muscular, pero cuando las neuronas que producen la dopamina se van destruyendo, se empieza a perder la función muscular.
Los principales factores de riesgo son los antecedentes familiares con Parkinson, lesión craneal, traumatismos, golpes repetidos en la cabeza (parkinsonismo de los boxeadores) y exposición a pesticidas, y es más frecuente en personas que viven en medios rurales.
Otros factores de riesgo ligados con menor frecuencia a la enfermedad de Parkinson son el consumo de café, tabaquismo y la terapia hormonal sustitutiva en mujeres postmenopáusicas.
Algunos síntomas de la enfermedad son parpadeo lento, dolores musculares, alteración del equilibrio y la marcha, falta de expresión facial, problemas para realizar movimientos, agitación, temblores, postura encorvada, confusión y pérdida de la memoria.
Las personas con el Parkinson pierden gradualmente el dominio sobre el cuerpo y demás aspectos de la vida y de no ser atendido a tiempo puede desarrollar discapacidades graves y tener caídas que les puede ocasionar la muerte.
El control del Parkinson depende mucho del apego farmacológico y de la implementación de terapias físicas y emocionales.
El neurólogo es quien puede prescribir el tratamiento más adecuado de acuerdo con la edad y actividades de cada persona, con el fin de lograr una mayor adherencia terapéutica.
Se puede sospechar de Parkinson si además de los síntomas antes mencionados, la mano le tiembla por momentos en estado de reposo, cuando camina no realiza el braceo habitual, tiene rigidez y realiza sus actividades de forma lenta.