José Luis Rojas Beltran.
Desde mediados del mes de marzo, once mujeres, todas ellas ligadas con diferentes capos del narcotráfico principalmente del norte del país, por ordenes de un juez de Distrito tuvieron que ser recluidas en el Penal de Atlacholoaya, pese a que este no tiene ni las instalaciones, ni las medidas y mucho menos el personal necesario para garantizar la seguridad de propios y extraños y la consabida “reinserción social”.
A raíz del caos que se ha denunciado que existe en este lugar, pero también del temor de custodios, administrativos y población del mismo centro penitenciario, se ha logrado saber que estás once mujeres, compañeras sentimentales de diferentes cabecillas del crimen organizado, llegaron al penal morelense con sus respectivas “Ordenes de termino”, lo que jurídicamente implica que si las autoridades del Sistema Penitencia estatal se negaban a recibirlas, pese a la no tener espacio ni instalaciones adecuadas, la autoridad federal consideraba esto un desacato y de inmediato hubiera ordenado la detención del Subsecretario, Director de Centros Penitenciarios y Director del Penal.
De manera extraoficial se logró saber que dichas “Ordenes de Termino”, de todas y cada una de las once mujeres que fueron recluidas en el área femenil, argumentaban, que sólo iban a estar aquí por un día que al día siguiente serían llevadas a una prisión definitiva donde compurgarían su pena, pero esa fecha no ha llegado y siguen aquí en Atlacholoaya, significándose como un riesgo para el personal como para los demás internos por la falta de recursos, instalaciones y personal para garantizar la seguridad, orden y disciplina en dicho lugar.
En este mismo contexto se logro saber que en el estado de Nayarit, en el Centro de Reclusión de ese lugar, no quisieron recibir a estas once mujeres y por ello el Juez de Distrito de la causa, determinó que fuera Morelos, en el penal de Atlacholoaya, donde se quedarán estas procesadas, pese a la falta de las mínimas condiciones de seguridad, convirtiéndose este hecho en un factor más de inestabilidad y riesgo para todo el Sistema Penitenciario local.