Para Emilia Lucio Gómez-Maqueo, de la Facultad de Psicología (FP), la salud mental es tan importante como la física, y es también un derecho. Se sabe, por algunas encuestas como la de la Organización Mundial de la Salud (2011) que, sin embargo, la infraestructura en México no es suficiente. “Eso significa que tenemos una necesidad de atención muy grande”.
Por grupos de edad, los principales problemas que se enfrentan son, en los niños: aprendizaje, lenguaje y conducta; en los adolescentes: depresión (20 por ciento de los estudiantes en la generalidad de las escuelas presenta este problema), ansiedad, intento de suicidio (tercera causa de muerte para este sector), embarazos, abuso de alcohol y drogas, así como fobias; y en los adultos mayores: demencias, comenzando por Alzheimer, resaltó.
Lucio Gómez-Maqueo refirió que la atención a la salud mental ya no se puede reducir a tratar los problemas; hay que prevenirlos no sólo desde la niñez o la adolescencia, sino en las familias.
Al respecto, Silvia Morales Chainé, también de la FP, expuso que la discriminación que sufren las personas con algún padecimiento mental las puede llevar a no solicitar ayuda; por eso, llegan a recibir atención cuando los trastornos se presentan de manera muy grave o cuando el problema de conducta ya ha producido dificultades sociales fuertes para la familia.
Además, la ganancia en el impacto social por las intervenciones a tiempo puede ser cuatro veces mayor a lo invertido en salud mental. Por eso, los gobiernos deben dedicar más recursos a ello, opinó.
En conferencia de medios, efectuada en el marco del Día Mundial de la Salud Mental, Gerardo Damián Hernández, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, refirió que en México alguien que acude al psicólogo o al psiquiatra es considerado “loco”.
A eso hay que sumar las condiciones del país. Estamos expuestos a una gran violencia por todos lados, no sólo a la estructural, de nivel macro, sino en las pequeñas microestructuras, lo que crea una “sedimentación” de las relaciones específicas que responden a una ética hacia el otro, de enseñanza de valores. Todo ello afecta la salud mental.
Ante el retraimiento de instituciones como el Estado, la familia o la religión, lo que ocurre es un avasallamiento de la dimensión del mercado, que nos exige ser productivos, tener las mejores calificaciones o los mejores puestos, sostuvo el sociólogo.
Las expertas mencionaron que la FP ha hecho esfuerzos para atender las necesidades de la población. Además de la formación de recursos humanos en el pregrado y el posgrado, se cuenta con cinco centros comunitarios y de servicios psicológicos que atienden las necesidades no sólo de los universitarios, sino de otros grupos de la población.
Así sucede en los centros Los Volcanes o Julián MacGregor y Sánchez Navarro, por ejemplo. En ellos se atiende a alrededor de 600 personas al mes.
Morales Chainé indicó que también se cuenta con un centro de atención telefónica que brinda apoyo a aproximadamente 800 personas al mes, con una gran diversidad de problemáticas, como de pareja, ansiedad, depresión, trastornos por duelo, violencia intrafamiliar, adicciones, control de impulsos, estrés y baja autoestima.
Se brinda atención de calidad de primer contacto o “primeros auxilios”, y un servicio basado en la evidencia. De ser necesario, se deriva al paciente a otra institución. Quienes requieren ayuda pueden comunicarse al teléfono 5622-2288.