Representan niños la pasión de Cristo en Cuernavaca, así se vivió…

CUERNAVACA. Niñas y niños de entre 5 y 15 años de edad representaron la Pasión de Cristo en la comunidad de Lomas Tzompantle de la capital morelense.

Más que una simple actuación, dijo Elvira Alvear Cortés, coordinadora de la representación, el Viacrucis Infantil pretende hacer reflexionar a los niños sobre la importancia de Dios en sus vidas y lo que significa alejarse de él.

“Es importante que esto no se quedara como una representación de que los niños se disfrazan y hacen una obra, no, ellos tienen que sentir esta causa que estamos haciendo y entender el misterio de la Pasión, y la forma en la que ellos se adueñaron de ese Misterio es pidiendo algo.

“Cada vez que organizamos una Semana Santa buscamos qué es en lo que tenemos que reflexionar como comunidad, como familia, como personas, en este año la idea fue qué es lo que pasa en un mundo sin Dios y es reflexionar cómo nos volvemos indiferentes ante el sufrimiento de los demás, cómo la avaricia provoca dolor, la idea de la guerra, de la enfermedad, de la desolación, de la soledad que el hombre llega a sentir cuando no está con Dios”, expresó Elvira.

Este 2017 el Viacrucis Infantil cumplió 21 años de llevarse a cabo.

Su origen, cuenta Elvira, fue hacer comunidad en Lomas Tzompantle y reforzar la fe católica en la Colonia.

“Cuando iniciamos, en 1996, inicia también la catequesis aquí, pero nos dimos cuenta que atraer a los adultos era algo verdaderamente complicado, entonces nos dimos cuenta que, al convocar a los niños, los adultos también se unían, entonces fue como la idea que se nos ocurrió para congregar más a la comunidad”, dijo la coordinadora.

Este año los niños decidieron dedicar el Viacrucis a la reflexión sobre la ausencia de Dios en el mundo.

“A veces creemos que los niños por ser niños no nos entienden o no toman con seriedad las cosas y cada vez que nos reunimos con ellos nos dan una lección de que no es así, de que ellos tienen conciencia de qué es lo que está pasando y que ellos también se preocupan por lo que está ocurriendo.

“El hecho de ver en sus peticiones o en sus cartas esta angustia de que los niños están sufriendo, de que yo sí tengo qué comer, pero hay niños que no tienen, el llegar a esas pequeñas reflexiones, que para nosotros se vuelve algo grande, el que ellos comprendan el dolor del otro, su preocupación por su familia, el que ellos te digan ‘hoy quiero pedir por los matrimonios para que no peleen y haya amor’, esas cosas son las que a nosotros nos hacen pensar que vale la pena porque ellos están entendiendo el mensaje”, dijo Elvira.

Uno de los temas que más tocaron en sus cartas, realizadas tras un proceso de meditación y reflexión antes del Viacrucis, fue su preocupación por los niños de Siria y por la normalización de la violencia.

“Es impresionante la forma en la que también ellos se han dado cuenta que los adultos se van acostumbrando porque esto, estamos hablando de 2012 cuando todo esto (la guerra contra el narcotráfico) empezó a ser muy fuerte, y ellos se impresionaban por todo, por las imágenes, por la violencia tan fuerte que había y conforme han ido avanzando los años ellos ahora su preocupación es cómo se está normalizando todo y ellos nos dicen ‘oye Elvira, ¿esto es normal? Porque lo ponen en la tele, o lo ponen en el radio y entonces ahí es explicarles una nueva cosa, no te acostumbres a ello porque no es normal, no está bien.

“El hecho de la violencia ahorita tenían mucho lo de Siria, por ejemplo, era así de ‘¿es que viste la imagen de los niños cómo se estaban muriendo?’ ‘Es que yo quiero pedir por esos niños que están mal o por los niños que están muy enfermos, los niños que padecen cáncer’. También pedían mucho por ellos, son realidades que se van apropiando y que a ellos como niños les preocupan”, expresó Elvira.

PROMETÍ SER JESÚS TRES AÑOS PARA PEDIR POR MI FAMILIA

Aaron Rodríguez Nazario tiene15 años de edad y desde hace dos interpreta a Jesús en el Viacrucis Infantil de Lomas Tzompantle.

Lo hace, cuenta, porque a cambio le pidió a Dios ayudar a su fmailia.

“Empecé a participar desde los 8 años y de Jesús he sido tres años porque le juré o le dije a Dios que lo iba a hacer tres años, le dije que me ayudara a mi familia”, expresa.

Previo al Viacrucis Aaron reflexionó sobre los niños que no tienen hogar y que son abandonados por sus padres.

A ellos dedicó su participación este año.

“Se me vinieron mucho a la mente los niños que no tenían hogar, ni papá, ni mamá y más que nada este año lo hice por ellos.

“Siento muy fuerte eso porque cuando nosotros tenemos padres no valoramos lo que tenemos, mientras que ellos no lo tienen y quieren uno, yo pienso que los padres no creen en Dios, no lo tienen en su vida y no los pusieron enfrente a él para seguirlo y para querer a sus hijos, para amarlos”, expresa.

Algunos de los niños de este Viacrucis quieren crecer para poder participar en el de Taxco, Guerrero o en el de Iztapalapa.

Aaron lo que quiere es crecer y coordinar el de Lomas Tzompantle para que no se pierda la tradición.

“Más que nada me gustaría poder alguna vez llegar a coordinar este Viacrucis, pues más que nada para que los niños no olviden esto, continuar con la tradición”, dice.

Jorge comenzó a participar en el Viacrucis Infantil cuando apenas tenía 3 años de edad.

Hoy, a sus 14 años, dice que su participación es para pedir por su abuelito, una persona de tercera edad.

“Me gusta, me gusta salir en el Viacrucis, ensayar, todo eso.

“Este año pido por mi abuelito y por mi familia, a mi abuelito porque ya está grande”, expresa.