Dámaso López Serrano, El Mini Lic, uno de los que reclamaban con sangre el trono de la droga de El Chapo en Sinaloa, se ha entregado a uno de los peores demonios para los narcotraficantes mexicanos: la Agencia Estadounidense Antidroga (DEA). Es hijo del famoso Licenciado, que fue detenido hace dos meses, estrecho aliado de Joaquín Guzmán Loera desde sus inicios. El Mini Lic mantenía abierta una guerra brutal en el norte de México contra los llamados Chapitos, hijos del que fuera uno de los narcotraficantes más poderosos del planeta. Una batalla en la que el vencedor no parece, de momento, ninguno de ellos. Sobre sus restos se abre cada vez más el camino para el socio histórico del cartel, el invisible Mayo Zambada.
López se ha entregado al Gobierno estadounidense después de cruzar la frontera desde Mexicali (Baja California, México) para llegar a Calexico (California), según han confirmado fuentes federales mexicanas. Y, aunque los motivos por los que ha cruzado la línea sagrada de todo narco no están claros, algunos medios de Sinaloa afirman que El Mayo le venía pisando los talones y es probable que estuviera amenazado.
El Mini Lic ha recibido la herencia que un día creó de la nada su padre. El Licenciado nació en Eldorado, Sinaloa, y tiene una historia propia de una película de Hollywood. Hijo de un influyente funcionario local, estudió con las monjas carmelitas y después se licenció en derecho en la Universidad de Occidente. Entró a trabajar en la Fiscalía de Sinaloa y poco a poco ascendió, hasta convertirse en uno de los funcionarios que dirigían la prisión de Puente Grande, en el Estado de Jalisco. Un penal al que llegaría El Chapo Guzmán poco antes de fugarse.
Fue allí donde se conocieron. Guzmán Loera fue detenido en Guatemala en 1993 y recluido en ese centro. Dámaso López facilitó la primera de las huidas del narco de una cárcel federal en México —en 2015, escaparía de la segunda—. El Licenciado renunció desde aquello a su trabajo en el penal y se unió para siempre al capo. El Chapo lo llegó a nombrar como su sucesor en 2014. Y fue detenido hace dos meses en la Ciudad de México.
Después de la caída de El Licenciado, muchos analistas de seguridad creyeron que se habían dado las condiciones necesarias para que su heredero, El Mini Lic, y los hijos del Chapo, firmaran por fin una tregua después de meses de fuego en Culiacán. Pero la entrega de Dámaso López hijo a las autoridades estadounidenses reafirma otra de las hipótesis: queda despejado el camino para que Ismael El Mayo Zambada, asuma el control pleno del también llamado cartel del Pacífico.
El Mayo, que fue uno de los fundadores de la organización criminal, es el que ha intentado poner orden dentro de la agrupación ante las pugnas desatadas entre El Licenciado y la familia de El Chapo Guzmán, señalaban a este diario especialistas en temas de seguridad. “Los líderes —bajo cualquier circunstancia—siempre han sido Guzmán Loera y Zambada Garcia y mientras uno de los dos viva, seguirá operando con la misma fuerza», apuntaba Alejandro Sicairos, analista local en temas de crimen organizado.
Desde que El Chapo fue extraditado a Estados Unidos la violencia se ha recrudecido en Sinaloa, el centro de operaciones del cártel. Los homicidios en los primeros cuatro meses del año suman 492, mientras que en el mismo periodo del año anterior ocurrieron 330. La entidad ha sufrido una de sus peores crisis de seguridad sin que el Gobierno estatal a cargo de Quirino Ordaz Coppel haya podido contener la violencia. Los policías locales no pudieron poner orden y se tuvo que recurrir a el Ejército y la Marina, que tampoco han logrado aminorar la violencia.
Información de El País
https://elpais.com/internacional/2017/07/28/mexico/1501207111_348416.html