Un atacante suicida detonó el miércoles los explosivos que llevaba cerca de un santuario chiíta en Kabul, provocando la muerte de al menos 32 personas y heridas a decenas más, mientras la capital afgana celebraba la festividad del Nawruz, que marca el inicio del nuevo año persa.
La explosión dejó en evidencia la amenaza que se cierne sobre la ciudad por los ataques de militantes, pese a las promesas del gobierno de endurecer la seguridad tras un atentado en enero en el que murieron unas 100 personas.
Desde El Cairo, el grupo militante Estado Islámico se responsabilizó del ataque, diciendo que estaba destinado específicamente a los chiítas que celebraban Nawruz, según su agencia de noticias Amaq. El grupo reivindicó anteriores ataques contra objetivos chiítas.
Los talibanes, que usualmente luchan contra la filial local del Estado Islámico en Afganistán, emitieron un comunicado negando cualquier conexión con la explosión.
Kabul estaba en alerta ante posibles atentados por el Nawruz, pero el agresor aún fue capaz de detonar sus explosivos cuando la gente salía del santuario de Kart-e Sakhi, en el oeste de la ciudad, una zona con una importante población chiíta.
La gente se estaba yendo a sus casas alegremente tras el fin de la ceremonia cuando el atacante suicida detonó sus explosivos», dijo el jefe de policía de Kabul Daud Amin.
Muchos de nuestros compatriotas fueron martirizados», agregó.
El portavoz del Ministerio del Interior, Najib Danesh, dijo que el atacante aparentemente había intentado alcanzar el santuario, que fue atacado durante un festival chiíta en octubre de 2016, pero que los controles policiales le habían impedido acercarse más.
El Nawruz, una antigua celebración persa del inicio de la primavera, se celebra ampliamente en Afganistán, pero también ha recibido la oposición de algunos musulmanes fundamentalistas, que dicen que es antiislámico.
Información de Excélsior
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