«Los desiertos mexicanos son una fuente basta y nueva de microorganismos como los hongos, con potencial para del crecimiento vegetal agrícola en zonas desérticas extremas», afirmó Ramón Bautista García, profesor investigador del Centro de Investigación en Dinámica Celular (CIDC), en el marco del taller internacional Biodiversidad microbiana en ambientes desérticos, que inició este 21 de noviembre en el auditorio de la Biblioteca Central Universitaria de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM).
Ramón Bautista comentó que «México cuenta con un 40 por ciento de superficie desértica, árida o semiárida, otras regiones de nuestro país corren el riesgo de convertirse en desérticas, de ahí que sea importante el estudio de la biodiversidad microbiana de los desiertos y su aprovechamiento».
De acuerdo con muestreos y estudios realizados en los desiertos de Sonora, Puebla y de Acatama, Chile, se han descubierto comunidades microbianas en zonas desérticas extremas.
Bautista García, dijo que los desiertos son una fuente basta y nueva de compuestos bioactivos que pudieran tener un potencial biotecnológico elevado, como por ejemplo, los hongos para el crecimiento vegetal en zonas desérticas extremas que pueden ser utilizados para crear zonas agrícolas en desiertos.
La función que cumplen dichos microorganismos, son de vital importancia para el reciclaje ecológico de materia orgánica en elementos como el carbón, el nitrógeno, el azufre, el fósforo y el hierro que son elementos necesarios para generar vida en el desierto.
Otra de las utilidades de estos microorganismos es como promotores del creciente vegetal en condiciones desérticos extremos con baja cantidad de nutrientes, donde hay poca humedad pero también la producción de pigmentos para la creación de productos farmacéuticos como bloqueadores solares para la piel, entre otros.
El investigador del CIDC destacó que uno de los objetivos del taller es unir esfuerzos de investigación entre México y Chile, mediante encuentros y espacios bilaterales para el estudio de dos desiertos de nuestro país y el de Atacama en Chile, y contar con aproximaciones científicas para el intercambio de experiencias que podrían publicarse.
Cabe destacar que en este taller internacional se dieron cita investigadores de Chile, Argentina y Uruguay, quienes durante tres días compartirán sus líneas de investigación en conferencias y mesas trabajo.