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Ana Guadarrama.
Cada bimestre, el Congreso del estado obligará al ayuntamiento de Cuernavaca a rendir cuentas del uso de los 600 millones de pesos que obtuvo como préstamo para la construcción del segundo piso en Plan de Ayala, proyecto que finalmente fue rechazado por la Secretaría de Hacienda federal.
Es que el gobierno municipal empezó a pagar intereses a partir de este mes al Banco del Bajío del crédito obtenido, sin que hasta el momento se haya invertido un solo peso en obra pública, como lo aseguró la administración de Manuel Martínez Garrigós.
Rabín Dranath Salazar Solorio, presidente de la Comisión de Hacienda, Presupuesto y Cuenta Pública del Congreso local dijo que a diferencia de otros ayuntamientos, que son auditados cada cuatrimestre por la Auditoría Superior de Fiscalización, Cuernavaca será revisado seis veces por año.
“Efectivamente, el ayuntamiento no nos ha informado en qué se gastará los 600 millones, por lo que también vigilaremos que se invierta en obras viales, como se dijo en un inicio”, declaró el diputado perredista.
El préstamo del gobierno capitalino es uno de los siete que el Congreso del estado ha aprobado para que las autoridades municipales solventen deudas y gastos, sin embargo, no se tiene la garantía de que las deudas sean cubiertas antes de que las actuales administraciones concluyan.
