Amarillas, rosas, blancas pero sobre todo rojas son las noche buenas, la flor que llena de color la época navideña en México y en muchas partes del mundo, como lo dice Don Jesús Maya, productor de esta flor “fue una planta que salió de aquí de México y ahora se reproduce en muchísimos estados en varios países del continente más que nada. Aquí en México, tenemos un clima fabuloso el clima excelente para una producción de noche buena.”
Acerca del origen de esta flor conocida como poinsettia, o como la llamaban nuestros antepasados cuatlaxochitl se tejen diversas historias. Una de ellas es que es originaria de Taxco de Alarcón Guerrero, a corta distancia de Cuernavaca. Mientras que algunos cronistas cuentan que en zonas al norte de Ocotepec, nacía naturalmente esta flor, por lo que hasta el momento buscan que se reconozca de Morelos.
Sin embargo en el siglo 19 el cónsul de Estados Unidos en México, Joel Robert Poinsett, se llevó la planta a su país en donde adquirió la patente y la distribuyó en todo el mundo, por lo que ahora recibe jugosas ganancias por la venta del producto.
Cada época decembrina las personas la adquieren para decorar sus casas, oficinas y calles. Sin embargo, son pocas las personas que conocen el trabajo que implica el cultivo de esta.
Esta es una de las flores más delicadas, pudiendo adquirir hasta 12 plagas o enfermedades que la destruyen, sin embargo con los cuidados adecuados esta puede durar por varios meses.
A pesar de todo el trabajo invertido en su cultivo, esta planta sigue siendo muy económica, pues su precio varía entre los 25 a los 40 pesos. No obstante, lo importante es prevalecer esta tradición mexicana de decorar las navidades con esta flor, la flor de noche buena.