Por considerar que las funciones que tiene a su cargo son de gran importancia y conllevan la responsabilidad del Poder Legislativo, es necesario “validar” el nombramiento del titular de la Auditoría Superior de Fiscalización (ASF) al menos con el voto de las “dos terceras partes de los integrantes de la Legislatura”.
Al presentar esta iniciativa, el diputado Arturo Flores Solorio consideró la decisión como una “trampa legal” que cocinó la Cuadragésimo Octava Legislatura y que refrendaron los miembros de la Quincuagésima Legislatura.
Señaló que en ella se establece el nombramiento del auditor con el voto de “las dos terceras partes de los miembros presentes de la Legislatura”, lo que representa que ni siquiera se exige la mayoría simple de 16 votos y que constituye el mínimo requerido para que el Congreso sesione.
“Además de lo inmoral”, abunda el legislador, esta normatividad rompe con lo establecido por la Constitución del estado, pues todos los nombramientos y designaciones hechos por los legisladores exigen el voto aprobatorio de al menos las dos terceras partes de todos sus integrantes, excepto el del auditor Superior de Fiscalización.
Del mismo modo, Flores Solorio propone dar un giro en cuanto hace a la remoción del titular de la ASF, con el objetivo de eliminar candados legales que se establecieron en el pasado para “amarrar” a los auditores y que sólo han causado problemas.
En la iniciativa propone establecer que el auditor “Podrá ser removido por las causas que la ley señale con la misma votación requerida para su nombramiento (…)” eliminando la parte que actualmente establece que “Podrá ser removido exclusivamente por las causas graves que la ley señale”.