Expresar de forma sincera las emociones reduce el miedo según acaba de demostrar un estudio de la Universidad de California que publica la revista ciencia psicológica.
Según los autores, ponerle nombre a las emociones en el momento en que nos enfrentamos a un temor puede hacerlo desaparecer.
En sus experimentos, Michelle Craske y sus colegas trabajaron con sujetos que sufrían cierto temor a las arañas y estudiaron su reacción ante el contacto con una tarántula viva. Algunos pronunciaron en voz alta expresiones como “siento ansiedad y miedo por esta fea y terrorífica araña”, mientras que a otros se les pidió que suavizaran sus emociones con frases como “esa araña no me puede hacer nada y no me da miedo”.
Transcurrida una semana, los participantes volvieron a enfrentarse al animal y se les solicitó que intentaran tocarlo con un dedo mientras se medía su respuesta fisiológica, en especial cómo les sudaban las manos. Aquellos que la primera vez habían expresado sus emociones de miedo tal y como las sentían lograron acercarse más a la tarántula, e incluso tocarla, y sufrieron menos ansiedad que el resto.
Aunque aún no entienden a qué se debe este fenómeno, los investigadores aseguran que admitir en voz alta el miedo y expresar las emociones puede ayudarnos a cambiarlas o, al menos, suavizarlas. Analizando las palabras exactas que usaron los individuos para describir su experiencia comprobaron que los que más rápido habían reducido su miedo era los que usaron más palabras negativas para describir al arácnido. Según Craske, este es el primer estudio que demuestra que “el etiquetado emocional del miedo y la ansiedad en un escenario real tiene efectos positivos”. Los investigadores analizarán ahora cómo esta estrategia podría ayudar a las personas que han sufrido un trauma, por ejemplo las víctimas de un rapto o de la violencia doméstica.