El nuevo rover que la NASA tiene previsto enviar a Marte en 2020 utilizará un nuevo sistema de recogida de muestras que permitirá traerlas a la Tierra, en una misión posterior, bien conservadas. Además, el vehículo continuará con la búsqueda de signos de vida en el Planeta rojo y probará nuevas tecnologías de cara a una futura exploración humana.
Estos objetivos aparecen reflejados en un documento de 154 páginas preparado por el Equipo de Definición Científica ‘Marte 2020’ que la NASA nombró en enero para delinear los objetivos científicos de la misión. El equipo, compuesto por 19 científicos e ingenieros de universidades y centros de investigación, ha propuesto un concepto de investigación que podría lograr varios objetivos de alta prioridad y convertirse en un paso importante para cumplir el desafío del presidente Barack Obama de enviar seres humanos a Marte en la década de 2030.
«Será un hito crucial en la preparación para la próxima gran misión a Marte», ha explicado el administrador de la NASA John Grunsfeld, quien ha señalado que para este proyecto se va a usar el diseño del rover Curiosity con el fin de minimizar los gastos de la misión y, al mismo tiempo, los riesgos. «Se ofrece un robot que ya se sabe que puede lograr los objetivos de la misión», ha apuntado.
La misión de 2020 propuesta por el equipo de expertos se basa en los logros del Curiosity y otras misiones a Marte (Spirit y Opportunity), junto con la información facilitada por varios orbitadores. Estas investigaciones anteriores confirmaron la historia acuosa del Planeta rojo y que las condiciones ambientales en su pasado podrían haber propiciado la vida de microbios.
Para los científicos, que el nuevo rover busque signos de vida «es el paso lógico». Para ello, según el informe, se usarían instrumentos para el análisis visual, mineralógico y químico a escala microscópica, que permitan comprender el entorno alrededor de su lugar de aterrizaje. También identificará firmas biológicas o las características de las rocas y el suelo, que podrían haber sido formadas biológicamente.
31 muestras
El experto de la NASA Jack Mustard ha señalado que el vehículo portará un nuevo sistema de recogida de muestras con el fin de que de estas puedan ser transportadas hasta la Tierra en una misión posterior. Con Curiosity las muestras recogidas no se conservan, sino que son analizadas en el momento mediante un sistema que porta el propio rover. Así, la nueva misión tiene previsto almacenar un paquete de hasta 31 muestras de núcleos de rocas y tierra.
Las muestras recogidas y analizadas ayudarán a informar las futuras misiones de exploración tripuladas a Marte. El rover podría hacer mediciones y demostraciones de tecnología para ayudar a los diseñadores de una expedición humana a comprender los riesgos que plantea el polvo marciano y demuestran cómo recoger el dióxido de carbono, lo que podría ser un recurso para la fabricación de combustible de oxígeno y cohetes.
La intención es, también, mejorar la tecnología de aterrizaje de precisión, que mejora el valor científico de las misiones robóticas y que será fundamental para la eventual exploración humana en la superficie.