Para recordar la maestría de la naturaleza algunas veces es efectivo ver su representación. Observar dibujos o fotografías de paisajes pueden quitarnos el aliento casi tanto como verlos en vivo, y esto es precisamente porque nos recuerdan que existe. El caso de Mathew Albanese es el de las miniaturas.
La miniatura es una especie de fantasía, una simulación de la realidad que es perfectamente proporcional pero que no podemos habitar, y eso es lo que es tan atractivo. Albanese se sirve de esto en su serie Stange Worlds para, con materiales reciclados y a la mano, crear los paisajes más espectaculares de la naturaleza y ofrecernos una experiencia única.
En las fotografías de Mathew Albanese hay mucho más de lo que el ojo puede ver. A primera vista sus fotos parecen ser reales, pero si leemos sus notas y miramos bien, veremos que las composiciones son puras ilusiones ópticas o trompe l’oeil magníficamente resueltas. En su caso, saber los trucos detrás del acto aumenta la apreciación del espectador.