Tlaulli Preciado.
Confusión, inconformidad fueron las constantes entre los usuarios de farmacias durante este día, en el que entró en vigor la norma oficial que prohíbe la venta de antibióticos sin receta médica.
Según las autoridades del sector, los expendedores de este tipo de establecimientos cumplieron con los lineamientos. Sin embargo, la población refirió que hubo falta de difusión ya que desconocían u olvidaron la aplicación de esta medida, orientada a evitar la automedicación y de fondo que las bacterias se vuelvan más resistente y por tanto, los tratamientos más complejos.
La inconformidad central de los consumidores fue el que ahora tendrán que acudir al médico y pagar consulta, además de que muchos de los entrevistados dijeron desconfiar de ir a los centros de salud o a instituciones públicas donde los doctores sólo recetan los medicamentos que están incluidos en el cuadro básico o que existe en farmacias institucionales y “terminan recetando puro naproxeno y luego teneos que pagar doble”.
Otro factor que surgió, es el de la tradición, como lo comentó la señora Avelina Nájera quien molesta sostuvo que “por experiencia hemos visto que llevan a mis nietos, al pediatra les recetan y pasan tres días y nada yo, – puede ser que esté mal- pero ya sabemos las abuelas, les digo cómprale esta medicina y de inmediato se mejoran los niños, ahora en las emergencias de noche, ningún médico nos va a dar las recetas”, reclamó, luego de que le negaron la venta de tetraciclina.
Además fueron notorios problemas prácticas en el entendimiento de los usuarios en cuanto a los lineamientos, pues hubo confusiones en cuanto a que se les sellaran las recetas y se capturaran los datos de médicos, pues los pacientes reclamaban su receta para seguir las indicaciones de los galenos, o como en el caso de la señora Laura Rodríguez quien luego de pedir que le surtieran la receta, se dio cuenta de que no le alcanzaba el dinero para pagar, y ya o le fue devuelta la receta que ya había sido registrada y sellada, porque de nada le serviría ir a otra farmacia y se quedó además, sin el medicamento para su hijo.