Cada año nacen en el mundo 7.3 millones de hijos de madres adolescentes, informó el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).
El organismo mundial presentó este jueves su Informe sobre el Estado de la Población 2013, que se titula «Maternidad en la niñez. Enfrentar el reto del embarazo en adolescentes», en la sala «Mario Molina» de la sede común de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en México.
De acuerdo con el informe, en México y América Latina, los jóvenes inician su vida sexual entre los 15 y los 19 años de edad y cerca de 17.4 por ciento de los alumbramientos ocurre en mujeres menores de 20 años, de los cuales, entre 60 y 80 por ciento no son embarazos planeados.
El embarazo en niñas y adolescentes duplica la mortalidad en los países en desarrollo y está asociado a factores como la pobreza, la exclusión, la desigualdad y la discriminación; sin embargo, es un problema «invisibilizado», alertó en conferencia de prensa Leonor Calderón, representante en México y directora para Cuba y República Dominicana del UNFPA.
Indicó que en los países en desarrollo, 19 por ciento de las jóvenes se embarazan antes de los 18 años de edad y cerca de 2 millones de menores de 15 años se embarazan, pero esta cifra podría aumentar a 3 millones para 2030.
América Latina es la única región donde aumentan los embarazos antes de los 15 años de edad, por lo que es importante la aplicación de programas preventivos en la población, refirió Calderón.
“Las adolescentes de 10 a 14 años de edad están invisibilizadas en las encuestas nacionales”, reiteró Raffaela Schiavon Ermani, secretaria técnica del Comité Promotor para una Maternidad Segura.
Comentó que fenómenos como la trata de niñas y el abuso sexual infantil inciden en esta problemática y citó que de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), tan sólo en 2002, 150 millones de niñas y adolescentes fueron víctimas de sexo forzado.
Detalló que de 1990 a 2011, hubo cerca de 28 mil muertes maternas, de las cuales, 3 mil 473 ocurrieron en niñas y adolescentes.
“Las intervenciones enfocadas a modificar las conductas en las niñas y adolescentes en el país son insuficientes e ineficientes”, mencionó la también directora general de IPAS México.
El embarazo adolescente es una negación a los derechos humanos fundamentales de las mujeres, enfatizó la especialista.