La mezzosoprano mexicana Oralia Domínguez, una de las voces más relevantes de la óperadurante el siglo XX, murió el lunes en Milán, Italia, confirmó hoy el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta).
En un comunicado, la dependencia mexicana informó que fue su sobrina Laura Domínguez, quien informó vía redes sociales sobre el deceso de su tía de 88 años, quien radicaba en Milán (Norte de Italia), donde, dijo, permanecerán sus restos.
Oriunda de San Luis Potosí, donde vio la primera luz el 25 de octubre de 1925, Oralia Domínguez estudió en el Conservatorio Nacional de Música y debutó en 1945 en el Palacio de Bellas Artes, en el papel del músico de Manon Lescaut, de Giacomo Puccini.
Domínguez cantó durante casi 25 años en los más grandes teatros del mundo, compartiendo el escenario con figuras de la talla de María Callas, Mario Mónaco y Giuseppe di Stefano, y trabajó bajo la batuta de los más connotados directores, tal es el caso de Herbert von Karajan, Lorin Maazel y Leonard Bernstein.
En 1951, participó como «Amneris», en las funciones de Aída, de Giuseppe Verdi, temporada en la que María Callas emitió el famoso Mi bemol, no escrito por Verdi, al final del segundo acto.
En 1953, Oralia Domínguez realizó su debut en la sala de ópera más importante del mundo, la Scala de Milán, en el papel de la Princesa de Bouillon, en Adriana Lecouvreur, de Francesco Cilea. Siete años después se despidió de ese escenario y tendrían que pasar más de 50 años, para que otra mexicana, María Alejandres, regresara a ese escenario, en 2011, con Romeo y Julieta.
La mezzosoprano también actuó en el Covent Garden de Londres, en el Festival de Glyndebourne y el Teatro Colón de Buenos Aires, además, perteneció al elenco estable de Glyndebourne y de la Opera del Rin en Düsseldorf.
Su última función en el Palacio de Bellas Artes fue en 1982, cuando participó en la Misa de Réquiem, de Verdi.