La policía antimotines lanzó ayer gases lacrimógenos y golpeó a cientos de estudiantes que protestaban frente a la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) por supuestas irregularidades en las elecciones del domingo pasado, en la misma jornada en que las misiones de observación de la Unión Europea y la Organización de Estados Americanos (OEA) avalaron la limpieza, transparencia y normalidad de los comicios.
Según medios locales, la policía antimotines lanzó también desde una tanqueta chorros de agua mezclados con spray pimienta contra los universitarios. Un estudiante tuvo que ser trasladado al Hospital Escuela después que un agente del orden le habría roto la pierna al golpearlo con un tolete.
Por su parte, la organización civil C-Libre denunció que varios comunicadores fueron amenazados por los antimotines.
Pese a las denuncias de fraude en los comicios generales, los observadores de la UE y la OEA expresaron su “confiabilidad” en los resultados oficiales emitidos desde la noche del domingo por el Tribunal Supremo Electoral, que dan la ventaja al candidato oficialista Juan Orlando Hernández..
El Tribunal Supremo Electoral (TSE) esperaba concluir el escrutinio de votos, en los que Hernández registra 734 mil 357 sufragios, seguido por Xiomara Castro, esposa del derrocado presidente Manuel Zelaya con 623 mil 80 votos.
“La tendencia es contundente, irreversible”, dijo el presidente del TSE, David Matamoros. “Ya tenemos procesados 67% de los votos;este martes (ayer) empezaremos a procesar las maletas procedentes de EU, pero este refleja que los resultados definitivos serán iguales”, reiteró el presidente del Tribunal Supremo Electoral.
En este marco, cuando el nacionalista Porfirio Lobo perdió los comicios presidenciales de Honduras frente al liberal Manuel Zelaya, en noviembre de 2005, denunció fraude electoral y amenazó con provocar un caos en el país para hacer respetar su proclamada victoria.
La situación se normalizó poco después. Lobo, del derechista Partido Nacional (PN), admitió su derrota y Zelaya, entonces del centro-derechista Partido Liberal (PL), asumió en enero de 2006, aunque fue derrocado por militares y políticos en junio de 2009, en un hecho que provocó la más aguda crisis institucional en la historia reciente de Honduras.
En un país conmocionado por el golpe de Estado de hace poco más de cuatro años y por la ruptura del orden constitucional, Lobo ganó las elecciones de 2009, asumió en enero de 2011 y —si no sucede nada anormal— entregará la presidencia en enero de 2014 a Hernández, autoproclamado presidente electo.
“No hay que satanizar” a los que protestan, advirtió el analista político hondureño Omar Rivera, del Grupo Sociedad Civil, de esta ciudad, al recordar que Lobo, tras denunciar fraude en 2005, amenazó con “incendiar al país”.