El papa Francisco pidió el miércoles oraciones por las 12 monjas cristianas ortodoxas secuestradas de su convento en Siria por milicianos insurgentes.
Autoridades religiosas en la región dijeron que las monjas estaban retenidas en contra de su voluntad, pero un activista de la oposición siria afirmó que sólo fueron desalojadas por su propia seguridad.
Francisco solicitó la libertad de las mujeres, y pidió las oraciones de la multitud al término de su audiencia general en la Plaza de San Pedro.
«Invito a todos a orar por las hermanas del monasterio ortodoxo griego de Santa Tecla en Malula, Siria, de donde las secuestraron por la fuerza individuos armados hace dos días», afirmó. «Continuemos orando y trabajando por la paz».
El secuestro aumentó los temores de que rebeldes radicales musulmanes que intentan derrocar al presidente Bashar Assad estén intensificando sus ataques contra los cristianos.
Anteriormente, los insurgentes secuestraron a dos obispos y un sacerdote. Las minorías de Siria, entre ellas los cristianos, respaldan en su mayoría a Assad o se han mantenido neutrales en la guerra civil, y temen por su suerte si los rebeldes, cada vez más dominados por extremistas islámicos, toman el poder.
Los cristianos han acusado a insurgentes radicales de maltratar a los habitantes y de saquear iglesias después de que capturan localidades cristianas.
Un activista de la oposición siria afirmó que las monjas fueron desalojadas del convento por la propia seguridad de ellas debido a los intensos enfrentamientos en zonas vecinas. Sin embargo, la insurgencia se rehusó a facilitar evidencia de la seguridad de las mujeres, dijo el activista, que responde al nombre de Amer y que a menudo informa de la actividad rebelde en la región.
Los insurgentes del Frente Nusra vinculado con al-Qaida se llevaron a las monjas a la localidad cercana de Yabrud, donde fueron entregadas a una familia cristiana, afirmó.
«Se les está cuidando», manifestó Amer, quien agregó que su información provenía de amigos cercanos a los rebeldes que se las llevaron.
Sin embargo, una monja en un convento cercano insistió en que las mujeres eran retenidas en contra de su voluntad.
Stephannie Haddad, representante del convento ortodoxo griego de Saidnaya, dijo a The Associated Press que conversó el martes en la noche con las monjas. Haddad, que habló desde la ciudad de Yabrud, indicó que los rebeldes que las mantienen se comprometieron a dejarlas pronto en libertad «pero no hay nada seguro».