A seis meses de que arranque la Copa del Mundo en esta ciudad, una lluvia sorpresiva de unas cuantas horas, típica del verano brasileño, ha dejado inundaciones y paralizado las actividades.
El Aeropuerto Internacional de Río de Janeiro se encuentra incomunicado con la ciudad y los sectores turísticos como Copacabana, Ipanema y Leblon, debido a las complicaciones en el tráfico y los cierres por inundaciones.
La zona del Estadio Maracaná, sede de la Copa del Mundo, ha sido uno de los sectores más afectados por la inundación.
La bajada de agua de las montañas que rodean la turística ciudad, donde se encuentran el mayor número de favelas, han formado pequeñas lagunas de hasta metro y medio.
El tráfico de la ciudad está colapsado y salir del aeropuerto es casi imposible.
Los taxis que logran llegar a la terminal aérea evitan regresar a la zona inundada y el sistema de autobús también está colapsado.
La repentina lluvia comenzó alrededor de las dos de la madrugada, hora local, y no ha parado a lo largo de este día.
En la terminal internacional del Aeropuerto Galeão GIG se observan goteras y encharcamientos en pasillos y salas de espera y algunas de las pistas están inundadas.
Pese a que el clima durante el mundial será invierno y no se esperan lluvias, la precaria infraestructura de calles, drenaje, del transporte público y de la terminal aérea son todavía una preocupación para los organizadores de la Copa del Mundo.
En Río de Janeiro, ante la falta de una buena infraestructura de drenaje es característico que en verano en época de lluvias la ciudad se inunde e incluso provoque deslaves de los cerros que han cobrado la vida de cientos de personas.
El alcalde de Río, Eduardo Paes, exhortó a la población a «quedarse en casa» y declaró en alerta la ciudad. Los bomberos informan de una persona desaparecida y dos parcialmente enterrados por deslizamientos.